Amar la primera mitad de un libro y odiar la segunda: Outlander

¿Saben esa sensación de profunda desesperación cuando terminas de leer un libro que te hace querer gritar ¡NOOOOOO! Esto está mal? Bueno tengo todo el fin de semana así después de terminar Outlander de Diana Gabaldón.

No lo tomen a mal. Por lo general los libros y películas de moda son mis favoritos. Soy una persona de gustos perfectamente ordinarios y no tengo pretensión alguna de intelectual. Por ello sería lógico que un libro, un Best Seller del New York Times, que tiene una serie de televisión maravillosa me dejara suspirando. No obstante, estoy molesta y frustrada, la misma sensación que me invade cuando una profunda injusticia es cometida.

Hablando de libros, eso sería bueno pues no hay nada mejor que un autor pueda lograr que hacer que los personajes que crea y las historias que inventa se conviertan para el lector en algo tan real que le inspiren sentimientos profundos. No obstante, me gusta que, por más desesperada que sea la trama, al final algún sentimiento de justicia o reivindicación alcance a estos personajes tan maltratados.

Como mencioné me es difícil resistir a algo que está de moda pues mis gustos son bastante comunes y no me averguenzo por ello. Con el despegue de la serie y los millones de comentarios en las redes sociales, compré el libro y conseguí alguien que me grabara los episodios y me los enviara. Traté de leer el libro según iba viendo la serie  y me estaba gustando, tanto que cuando los 8 capítulos disponibles para la televisión se agotaron seguí con la lectura porque no pude contenerme.

(Vienen masivos y reveladores Spoilers)

Poco a poco me fue gustando cada vez más Jamie Fraser. Bueno, noble, inocente, justo y también un cabeza dura y rudo guerrero. También me gusto Claire; su independencia, sus conflictos, su manera de tratar de hacer lo mejor posible en una situación inimaginable. El amor que poco a poco va creciendo entre ellos, un amor poco común pues ella es la experimentada y él no sabe nada de esos menesteres.

Hasta allí todo bien.

Luego llegué a la mitad del libro y todo comenzó a ir cuesta abajo.

Para empezar, creo que unas 250 páginas menos no le habrían hecho daño. Sabemos que el hormonal y poco experimentado Jamie tiene la necesidad de acostarse con su esposa a cada rato, pero no es necesario poner una de esas escenas en cada capítulo si no nos muestran nada adicional de los personajes y las situaciones. Pero bueno, Jamie siempre dice cosas tan lindas que lo dejé pasar.

Y luego ella mete la pata porque se quiere ir a su tiempo, la atrapan, Jamie y el clan tienen que ir a rescatarla y viene el primer momento que me hizo arquear las cejas tan fuerte que creo que todavía tengo arrugas: él le dice que es necesario castigarla por haber puesto al clan el riesgo, se saca el cinturón y le da una paliza.

A pesar de que todos mis instintos me gritaban que Jamie Fraser había pasado de gustarme mucho a gustarme nada, traté de abrir mi mente, situarme en la época y en el contexto. El problema es que Claire no es de esa época ni de ese contexto y después de estar molesta con él un par de días decide dejarlo pasar con la advertencia de que «si lo haces otra vez te mato».

No amiga, no debe haber segundas oportunidades en estos casos. Menos cuando él, sin ningún empacho, le dice que disfrutó con la paliza y que después tenía ganas de tener sexo rudo y apasionado con ella, pero ejerció un gran control dejándola sola.

WTF??????

Puedo comprender que algunas mujeres encuentren este tipo de brutalidad masculina atrayente. Yo no.

Avanzando más en la trama, llegamos al punto donde Claire se ve en la posibilidad de regresar, Jamie le pide que lo haga. Ambos están perseguidos, atrapados, sin opciones. Después de largas horas de reflexión sentada frente a las fulanas piedras ella decide que el agua corriente no es tan importante por lo que  quiere quedarse con su bruto, violento, pero, reconozcámoslo, encantador en su nobleza e inocencia, Jamie.

Como se dice normalmente «contigo, pan y cebollas», o, para ser más excatos «contigo, persecusión y muerte. No me importa».

*Suspiro enamorado*

Cuando pienso que aquí termina la cosa, porque, obviamente es el «climax» de la historia, pues toda la trama está enfocada en ese dilema: ¿me voy o me quedo? ¿lo quiero más a él o a mi esposo? ¿quiero vivir entre brutos o prefiero los antibióticos?, me doy cuenta que aún me queda el 30% del libro por leer….hummmm….¿Y ahora qué?

Allí la cosa comenzó a ponerse rara.

Se van al la tierra de Jamie y tenemos unos cuatro o cinco capítulos que no hacen avanzar la trama en ningún sentido. Estamos allí, en la campiña escocesa viviendo una vida encantadoramente bucólica (cosa que pudo tomar medio capítulo, aunque las anecdotas de la niñez de Jamie son lindas: «Mi papá me pegaba pero tenía razón al hacerlo. Yo haré lo mismo con nuestros hijos»), cuando nuestro highlander favorito es capturado. Más capítulos de búsqueda que pudieron resumirse en medio: lo encontramos, ¡No! se ha escapado, parece que lo volvieron a agarrar, hágamos pasar por artistas de circo para reunir información, etc.

Continué la lectura esperando que esos personajes secundarios tan llamativos (los tíos de Jamie, Callum y Dougal) o incluso su misterioso abuelo jefe del clan Fraser aparecieran trayendo esa lucha de poderes que se veía al principio (Jamie el heredero de un clan al que la gente apoyaría). Tal vez  por eso la historia continuaba…sí, seguramente era por eso.

Pues no. Nada de esa lucha de poderes, de jefes de clanes, de tú heredarás la tierra, nop, nada, cero, plop. No supimos más de Callum ni del hijo que no es suyo, sólo una breve aparición de Dougal para ofrecerse a hacerse cargo de Claire que ella rechaza. En fin, una búsqueda casi esteril, unas cuantas revelaciones que ya sabíamos, manifestadas ahora en forma de diálogo, etc.

Con ganas de saltarme algunos capítulos hasta encontrar algo interesante llegué al  al intento de rescate que, por cierto, sale mal. Lo que lleva a Jamie, sólo para salvar a Claire, a permitir ser torturado, violado y malogrado físicamente (jamás su mano derecha volverá a ser la misma) y el subsecuente auto desprecio porque, en cierto punto, la violación fue «un acto de amor» y en algún momento la disfrutó.

WTF again????

Otro rescate y una huída a Francia. En ese punto Black Jack está muerto pero ni siquiera tienes la satisfacción de que Jamie le corte la garganta. Fue un «accidente» ocasionado por un ganado. ¿EN SERIO? ¿Ni siquiera vamos a tener la satisfacción de ver al odiado villano muerto a manos del héroe malogrado? ¿EN SERIO?

Luego varios capítulos más de Jamie moribundo y odiándose a sí mismo, disertaciones religiosas sobre el poder de la fé y otras cuantas sobre al alteración de espacio tiempo. ¿Mi problema con esto? Vienen de la nada pues la trama desde el principio no insinúa que estos sean conflictos de interés para los protagonistas por lo que su resolución no trae ninguna revelación que hayamos estado esperando.

Finalmente, Claire expulsa los demonios de Jamie en una escena que tiene mucho de pelea con golpes y erecciones, imposibles cuando te estás muriendo, que termina con nuestro héroe confundiendo a Claire, mientras está dentro de ella, con su madre…..Twisted….por decir lo menos. Finaliza la cosa entonces en una cueva, con Jamie aceptando lo que le pasó gracias a una única violenta y retorcida intervención de su mujer (que en épocas modernas habrían tomado horas de terapia cognitiva) y evidenciando que unas misteriosas aguas sanadoras pueden haberla dejado embarazada.

¿Me repetiría mucho a mí misma si vuelvo a decir WTF?

Cerré el libro y sólo quería conseguir a esa mujer, Claire, que en un momento me agradó, y golpearla viciosamente porque sus acciones convirtieron a un inocente, noble y encantador jovencito, que pudo fácilmente formar parte de mis amores literarios, en un ser conforme, malogrado (para alguien de ese tiempo una mano que no funciona bien es una maldición, más si es un guerrero) y en cierta forma sumiso. Luego me doy cuenta que no es culpa de Claire sino de la autora y, aunque pueda querer golpear a un personaje de ficción, no puedo sentir eso hacia una persona real que, además, tiene todo el derecho creativo de hacer con sus personajes y su historia lo que le de la gana,  historia que, por cierto,  millones de lectores aman.

Sin embargo, para mi, el amor de ficción, más cuando ha cruzado el tiempo y el espacio y se ha formado de a poquito, debe por fuerza tener la facultad de hacernos mejores, de edificarnos a pesar de las dificultades, de ganar más de lo que se pierde en el camino…de allí mi desesperación con el final de este libro.

Claro, también tiene que ver con un desorden en la trama y un hilo conductor que cambia de color a cada rato dejándote confundida. Si alguien pregunta de qué trata Outlander uno respondería: una mujer de 1927 viaja en el tiempo y termina en 1743, conoce a un guerrero escocés y termina enamorándose de él por lo que prefiere quedarse en esa época. Eso resume la trama por lo que una no deja de preguntarse ¿por qué seguir escribiendo capítulos después de que el conflicto principal se resuelve?

¿Seguiré viendo la serie? Seguro. Está tan bien hecha, Jamie es tan dulce y también quiero ver cómo se las arreglan para hacer esa escena entre Jack Randall y Jamie Fraser, porque es muy fuerte para la televisión (beber sangre de las herida y todo eso ¡YUCK!). Tal vez termine entendiendo algo que perdí en la traducción…