¡Feliz cumpleaños a Sarah y Greg!

Mi novela «No me importa tu nombre» cumplió tres años de publicada este mes de julio y, como siempre,  lo celebro. Es un privilegio poder seguir haciendo lo que me gusta año tras año, que los lectores se sigan interesando en mis historias. Aunque se supone que uno debe ser como una mamá, de esas que aseguran que no tienen favoritos entre sus hijos, esta novela tiene un lugar especial en mi corazón.

Cuando se anunció su publicación en 2018, inmediatamente las preguntas llegaron: «¿Es la de Gabrielle?», «¿Esta es de Bernard?», «¿Finalmente tendremos a Mason?». Pues no…Aunque agradecida de que mis personajes secundarios sean tan interesantes que merezcan su propia historia, de que ese juego de conectar todas mis historias haya gustado tanto a los lectores, esta vez me apeteció hacer algo completamente diferente, imponerme un reto, salir de mi área de comodidad.

Encontrarse con personajes nuevos que tienes que descifrar a medida que crece el conteo de palabras, con una tema diferente que requiere un ritmo y unas estrategias que no siempre uso, ha sido un reto muy divertido, porque «No me importa tu nombre» es una historia de amor que discurre en medio de alguien que acecha, de un secreto peligroso que se descubrirá a medida que pasen las páginas, con alguaciles federales haciendo investigación al tiempo que terribles delincuentes se inmiscuyen con o sin intención.

Soy un alma inquieta y me aburro con facilidad y quería escribir un thriller, pero uno divertido y sexy. Luego me enteré que se llama «suspenso romántico».

Estaba haciendo un maratón de Criminal Minds, The Punisher e Hijos de la Anarquía mientras la escribía y, tal vez, es por eso que la primera imagen de Gregory Salinger que tenemos puede resultar, para quienes hayan seguido esta última serie que mencioné, muy parecida a la de Opie. No fue un acto consciente, pero es que yo amé a Opie con locura.

Nunca me gustan del todo mis personajes masculinos. Siempre quiero meter la mano en la pantalla y darles un golpe para que reaccionen. Hasta que llegó Greg, mi personaje masculino favorito era Tristan Van Aken de «Pregúntame Mañana». Ambos tienen algo en común, no son los tradicionales «chicos malos», no, son «hombres peligrosos» de verdad, verdad.

Y si bien me encantó escribir a Gregory Salinger, tuve algunos problemas son Sarah. Contrario con lo que me sucede con los hombres en mis historias, me gustan mucho mis personajes femeninos (aunque suene feo que yo lo diga), aun con todos sus defectos. Marianne siempre está perdida, pero su humor la hace deliciosa; Sorel es hosca pero vulnerable; Georgia es centrada y madura; Siena es seria; incluso Aurora tiene el valor que da la inocencia y una determinación de acero. Sarah, en los primeros borradores solo estaba asustada.

Y así es Sarah: asustada y, en muchos aspectos, inocente y un poco perdida; no tiene mucha experiencia en la mayoría de las cosas. Es decir, no es mi personaje femenino usual; es como una niña atrapada en el cuerpo de una mujer.

Sarah Temper está lista para empezar a vivir. Ha crecido excesivamente custodiada, protegida, con una legión de guardaespaldas a su servicio y el número de un psiquiatra siempre a mano. Ahora, lejos de casa, todo promete ser una nueva experiencia; siempre y cuando pueda olvidar quién fue, siempre y cuando sus pesadillas no la encuentren.

Me costó un mundo hacerla uno de esos personajes femeninos que me gustan de mis novelas y espero haberlo logrado. Sí, sigue asustada, pero eso no la detiene. Da un paso adelante cada vez, se esfuerza por salir de su caparazón, desea enfrentar el mundo y eso es lo que hacen los valientes: siguen adelante aunque tengan miedo y Sarah es, por sobre todas las cosas, valiente.

Sarah y Greg son una de esas parejas opuestas (como Cash y Georgia; como Sergei y Siena) que en el papel no parecen tener mucho sentido, incluso para ellos mismos, pero que se compensan: Greg necesita de la inocencia de Sarah, de su dulzura, y ella necesita un monstruo más aterrador que los que habitan en sus pesadillas.

Si todavía no han leído «No me importa tu nombre», pueden hacerlo ahora. Es muy económica en digital y está gratis para todos aquellos que tienen el programa #KindleUnlimited y me cuentan qué les pareció porque aunque el autor ame una novela, no siempre para lo mismo con el que la lee y eso está bien.