No soy muy «fan» de mis personajes masculinos, lo he dicho miles de veces. Así salen y así van, pero no los amo con locura.
Vadim Chekov es un analfabeta emocional a quien le gusta controlarlo todo, incluso hasta sus propios sentimientos; Sergei Petrov es un niño en el maravilloso cuerpo de un hombre; Andras Nagy es un divo acostumbrado a que las personas se inclinen a su paso y a Cash McIntire provoca darle par de bofetones para que supere de una vez que ni su mami ni su papi lo quieren…Sí, así son ellos…
Si hay alguno que me gusta es, como suele ocurrir, el menos popular: Tristan Van Aken de «Pregúntame Mañana» y eso no habla bien de mi estado mental. Si bien, Vadim, Sergei, Andras y Cash tienen sus cosas, al menos no son mafiosos y peligrosos como Tristan; pero es que Tristan es un caballero, es dulce, justo y hace lo que sea por mantener a salvo a su familia. Por eso me gusta, es terrible y maravilloso al mismo tiempo.
Y sí, lo confieso: Tristan Van Aken era mi personaje masculino favorito hasta que llegó Gregory Salinger de «No me importa tu nombre» a quien todas podrán conocer a partir de este 10 de julio. Debo advertirles que Gregory es mucho peor que Tristan en muchos aspectos. Definitivamente algo no funciona bien en mi mente. Por eso sigo soltera.
A diferencia de Vadim que es un magnate, de Sergei que es famoso, de Andras que es el mejor pianista de su generación, de Cash que es un prodigio y de Tristan que es el amo y señor de los bajos fondos; Greg es simplemente un cantinero que vive en un cuarto y cuya única posesión es su motocicleta y, si tenemos en cuenta sus otros talentos, que no adelantaré porque nadie quiere un spoiler, definitivamente no sería lo que las abuelas llamaban «un buen partido» y sin embargo…
Greg es duro y dulce al mismo tiempo; es antipático la mayoría de las veces, pero no se resiste a ser el héroe de una damisela en apuros; es un amigo leal y lo demuestra una y otra vez sin esperar nada a cambio, además casi nunca sonríe por lo que cuando ese hecho milagroso ocurre sabes que es real y que te están regalando algo único.
Sí, definitivamente estoy colada por mi nuevo protagonista masculino y eso es una receta para el desastre porque tuve que emparejarlo con una chica que no me gustaba mucho en un principio, aunque al final le tomé cariño…Son una pareja extraña que por alguna razón funciona, tal vez porque «cuando un monstruo te persigue es bueno tener uno de tu lado».
Erika Fiorucci 